Mientras medite en la cruz, le invitamos a que tome un tiempo en reflexión personal y oración.
mi Soberano murió!
Por un indigno como yo,
Su vida Él entregó
¿Por mis maldades Él sufrió,
y en el madero clamó?
¡Sublime gracia, Oh piedad!
Amor puro y sin igual
El sol su faz tuvo que ocultar
cuando en la Cruz su Creador,
la muerte experimentó
Aquel que la vida creó
al contemplar esa Cruz
Mi corazón deshecho está,
con lágrimas de gratitud
Mis lágrimas no podrán pagar
la deuda de tal Amor
Aquí, Jesús, me entrego a tí;
¿Qué más podría hacer Señor?
Aquí, Jesús, me entrego a tí;
¿Qué más podría hacer Señor?